La Iglesia Católica tuvo, en el pasado, escuelas en Canadá donde abusaron, torturaron, violaron, mataron y trataron de convertir al cristianismo a miles de niños indígenas de la localidad.
Las pruebas de estas atrocidades son tan abrumadoras, que el Papa Francisco tuvo que acudir en persona a aquel país para suplicar el perdón de los nativos.
A los 85 años de edad y en muy malas condiciones de salud, el Pontífice no tuvo más remedio que reconocer lo mortífera y destructiva que fue la Iglesia Católica en Canadá.
La Iglesia –muy arrepentida– suplica perdón
Con información de Grupo Reforma.